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martes, 29 de marzo de 2011

1936 - 1939. La escuela del pueblo de Aguas.

El maestro ha muerto. Venancio hace de maestro.

Venancio, ha sido elegido como ejemplo porque el bien que proporciona un maestro a la humanidad es siempre superior a sus limitaciones.
     Mi padre, Isidro Biarge Franco, tenía seis años cuando estalló la guerra de España. El y su hermano Hemenegildo, de 9 años, se encontraban de vacaciones en casa de unos parientes lejanos sin madre ni padre, ni otros parientes. Desde aquí el eterno agradecimiento para la familia que los cuidó sin saber lo que les depararía el futuro.
     Era el pueblo de Aguas, en la Sierra de Guara, provincia de  Huesca. Estalló la guerra. El pueblo entero se puso en armas, los hombres se fueron a la guerra, el comité anarquista se hizo con el gobierno del pueblo. Desde aquí el agradecimiento para José "el Royo", el jefe del comité de la CNT-FAI que ayudó a criar a mi padre y a mi tío.

     El primer ejército que pasó por el pueblo incendió la parroquia y el pueblo se declaró ateo. El segundo ejército de voluntarios que pasó por el pueblo mandó llamar al maestro y al mosén de la parroquia. El mosén, avisado por buenas personas, se escondió y no acudió a la cita. El maestro, ejemplar en su conducta ante sus paisanos se presentó temeroso y con toda la dignidad que pudo. Se le fusiló de inmediato, sin juicio. Motivo: ser representante de la autoridad. La escuela fue incendiada.

     Pasó un tiempo y las buenas gentes de Aguas intentaron seguir con su vida. El país estaba en guerra. En el pueblo sólo quedaban las mujeres, las niñas, los niños, los más viejecitos y soldados. El frente estaba muy cerca.  Los animales y los alimentos escaseaban. Las mujeres tenían doble trabajo: el de siempre y el de ir a trabajar al campo porque los hombres no estaban. Ni siquiera contaban con la ayuda de los animales de tiro así que ellas habían de labrar con sus fuerzas y sin ayuda. Los chicos del pueblo, sin escuela, con las madres todo el día trabajando y los padres ausentes en la guerra empezaron a crear problemas. No tenían rutina, no obedecían, mostraban conductas malas e irrespetuosas, se reunían en bandas y seguían los malos ejemplos de la guerra atacándose unos a otros. Era un desastre.

     Un día un grupo de mujeres entró en cólera y se dirigió en grupo al cuartel de los mandos. Llegaron allí gritando y gesticulando y el soldado que estaba de guardia les tuvo miedo y entró en el cuartel a pedir ayuda.

- M - Mi comandante, las mujeres….

- ¿Qué les pasa a las mujeres?

- Que se han sublevado mi comandante.

     Salieron todos los mandos primero con autoridad, gritando luego, amenazando…. Pero las mujeres del pueblo estaban tan indignadas que no había manera de calmarlas.

- Así no podemos trabajar, estos chicos están descontrolados, han formado bandas. Así no podemos vivir.

     Cuando los mandos militares vieron que no cedían, empezaron a escuchar. Sabían que la juventud estaba descontrolada y creando continuos problemas. Necesitaban una escuela.
     La escuela estaba quemada, destruida, los libros quemados y con hojas arrancadas, los pupitres destrozados…. Peor… no había maestro.

     Intentaron buscar un maestro pero estaban muertos y los que no estaban muertos estaban en filas. Así pués, a falta de maestros buscaron alguien del pueblo que tuviera un poco de cultura para enseñar a los más jóvenes. Las mujeres del pueblo, que habían sido las más sabias, no tenían conocimientos para enseñar. La prima Nuria, con catorce años hubiera podido hacer de maestra, pero su madre se negó a causa de la violencia que reinaba. En todo el pueblo y alrededores cualquiera de los que sabían leer, escribir y las cuatro reglas o estaban o no estaban disponibles o estaban en filas.

     La única persona que encontraron era un pobre hombre que no tenía muchos conocimientos pero tenía una gran ventaja: era cojo. Así que era la única persona disponible para poder hacer de maestro sin que le llevaran a la guerra.  A él le encomendaron la infancia y la juventud del pueblo. Hablaron mucho con él, la comisión de mujeres ylos mandos militares. Mi padre me contaba como escuchaban debajo de una ventana los consejos que le daban a Venancio. Venancio asumió su responsabilidad con humildad y honor.

     Venancio sabía leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir por una cifra. No había ido el suficiente tiempo a la escuela para aprender a dividir por dos cifras pero cumplió con su deber y se ocupó de la infancia y juventud del pueblo de Aguas mientras duró la guerra. Transmitió la cultura a la juventud y ayudó al pueblo.


     El bien que proporciona un maestro es siempre superior a sus limitaciones.

     Aportaciones a la humanidad de Venancio:
  • Asumió su obligación con responsabilidad y honor.
  • Se esforzó en dar el mejor ejemplo que pudo a los niños mejorando su vocabulario y sus formas.
  • Reunió a los niños y jóvenes, limpiaron la escuela, arreglaron los pupitres y trataron de conseguir y reparar los libros de la pequeña biblioteca del antiguo maestro fusilado.
  • Las niñas y niños del pueblo volvieron a tener una rutina a pesar de la guerra que les permitió aprender.
  • Dio ejemplo aceptando sus limitaciones.
  • Organizó un sistema en que sus alumnos se ayudaban unos a otros y así todos podían aprender incluso más de lo que sabía su maestro
  • Venancio enseñó a leer, a escribir, a sumar, a restar, a multiplicar y a dividir por una cifra. No sabía dividir por dos cifras, organizó la escuela para que mi tío Hermenegildo que tenía 9 años y había asistido al colegio San Viator de Huesca enseñara a dividir por dos o más cifras a los que llegaban a ese nivel.
  • Obligó a asistir a la escuela a los más rebeldes no permitiendo que quedaran niños en las calles del pueblo.
  • Mi padre se hizo un gran lector gracias a los libros rescatados de la biblioteca. Leyó a Alejandro Dumas, Julio Verne... Cuando acabó la guerra sus padres le encontraron junto a su hermano esperándoles subidos a una higuera del camino leyendo a Emilio Salgari.
  • Transmitió la cultura a los más jóvenes.
     Mi padre llegó a ser próspero hombre de negocios y fundó un colegio. Mi tío Hermen fue un respetado y conocido médico pediatra en la ciudad de Huesca.

     Al acabar la guerra, Venancio hubo de huir del pueblo por colaborar con el enemigo.

     Así me contó esta historia mi padre Isidro y ruego a quien pueda dar algún dato sobre este maestro que me lo haga saber.

Pili Biarge

6 comentarios:

  1. Un placer leerte Pili.
    Este artículo en particular me llama la atención, primero porque remite al pasado, que es Historia, luego porque cuenta de tu familia, y pues de ti, y en fin por la idea que expresa esta frase :

    "El bien que proporciona un maestro es siempre superior a sus limitaciones."

    La verdad es no es raro que los docentes tengamos dudas, sobre si hacemos bien, sobre si ésa es la mejor opción, pero tu frase va màs allà, indicando que hay algo màs que el contenido puramente pedagógico, y alienta a seguir adelante.

    ResponderEliminar
  2. Un placer leerte Pili.
    Este artículo en particular me llama la atención, primero porque remite al pasado, que es Historia, luego porque cuenta de tu familia, y pues de ti, y en fin por la idea que expresa esta frase :

    "El bien que proporciona un maestro es siempre superior a sus limitaciones."

    La verdad es no es raro que los docentes tengamos dudas, sobre si hacemos bien, sobre si ésa es la mejor opción, pero tu frase va màs allà del alcance pedagógico, indicando que hay algo màs que el contenido puramente pedagógico, y alienta a seguir adelante.
    Claudie

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  3. Me llamo Angel y asisti al colegio de Aguas con dos profesoras,Prudencia Martinez en la epoca de la leche en polvo y la mantequilla salada.
    Tambien habia el principio otra maestra llamada Fabiola que me parece tenia una relacion con el secretario llamado Antonio.
    De esta epoca tengo una foto que cuando la encuentre la colgare.un saludo

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  4. Querido Angel:

    Muchísimas gracias por tu aportación. Me ha emocionado saber que alguién de Aguas ha "encontrado" este homenaje.

    Te estaría muy agradecida si desde Aguas me ayudaráis a contrastar el nombre de Venancio y otros datos. Tampoco estaría de más averiguar el nombre del maestro que perdió la vida en la guerra.

    Mis tias, de casa Franco de Aguas ya no están entre nosotros y mis primos no han podido ayudarme.

    Para mi será un honor poder insertar la fotografía cuando la encuentres.

    Pili Biarge

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  5. soy Angel de Aguas,de Casa Marcelo (delante de la Iglesia)de casa Franco tengo el honor de haber conocido a Las siguientes personas,Nueves y su marido Antonio que es el que me enseño a conducir con un tractor.

    Tus primas supongo que Maria de los Nieves y teresa,con las cuales fuy al cole de los seis a los 8 años

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  6. Querido Angel,
    El blog Sant Jordi pasa a llamarse Cuaderno de maestra. El homenaje a Luis Ballesteros continuará expuesto en:

    www.cuadernodemaestra.es

    El motivo del traslado es la mejora del alojamiento del blog.

    Me gustaría pasarme un día por Aguas para saludar personalmente

    Pili Biarge

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